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Chicalote

¿Qué es el Chicalote?

¿Qué es el Chicalote?

Cardo santo para el espanto…

 

El Chicalote es una planta común en Cholula, de hecho existe un lugar denominado “la Chicalotera” debido a que allí crecía en abundancia. No puedo reprimir una sonrisa de sarcasmo al pensar si quien planeó la construcción del Hospital General imaginó siquiera lo que significaba hacerlo en la Chicalotera…

 

El Chicalote, conocido también como Cardo Santo y Adormidera, tiene el nombre científico de Argemone mexicana y crece con rapidez en cualquier baldío, la planta de poco más de un metro de altura está cubierta de espinas, tiene grandes y aromáticas flores amarillas o blancas. El Chicalote florece durante todo el verano y es usada, en la medicina tradicional,  como tranquilizante suave y analgésico. Según los herbolarios el Chicalote pertenece a la familia de las Papaveraceaes y tiene numerosos usos medicinales, ha sido usada como un anestésico para cirugías, para tratar el cáncer, el resfrío común, la fiebre, las inflamaciones y los dolores de muelas… espero que algún médico del sector salud ante la insuficiencia de los paliativos acostumbrados, en el stock de la medicina oficial, tenga chicalote… aunque sea en maceta….

 

Y para el mal del chincual…

 

Llamar a esta columna (que no calumnia) El Chicalote, tiene como finalidad, estimado lector, ingresar al terreno de lo alternativo, brindar opiniones y puntos de vista alejados y a veces contrarios a los considerados como “oficiales” o únicos verdaderos y valederos. En nuestra comunidad existen muchos remedios caseros para paliar los pequeños males cotidianos y, a veces con rústica sabiduría, se enfrentan males mayores con hierbas ordinarias y resultados casi milagrosos… Así el Chicalote no es más que un interlocutor de la voz y del sentido común del ciudadano simple que reflexiona acerca de su entorno social y que con esa simpleza externa lo que piensa en el afán de dar claridad y luces a sus pensamientos y sentimientos.

 

El Chicalote, la columna, así como la planta no pretende la erudición de la farmacopea o la fama de cura milagrosa, sino más bien de ser comentario sencillo, remedio casero recomendado al calor de la confianza que dan los años de convivencia y la convicción de que todo comentario es relativo y subjetivo hasta que los hechos y la conciencia colectiva tomen cartas en el asunto.

 

Hecha la presentación de rigor, el Chicalote se arranca con la primera perorata incómoda.

 

Guadalajara en un llano, Cholula en una laguna… mental…

 

La población del municipio de San Pedro Cholula, sumido en una de las crisis políticas más difíciles de los últimos años, asiste a un circo de tres pistas en las que se representan actos que sobrepasan el repertorio de asombro del Cirque du Soleil. Los cholultecas hemos observado esta función insospechada de malabarismo político, equilibrismo electoral, prestidigitación administrativa, trapecismo económico, escapismo periodístico y magia sentimental, con la cursilería que nos caracteriza, la sonrisa incondicional, el saludo de cada ciclo electoral, no importa que no sea miembro de la cofradía de los puros cuates, si nos formamos a la mejor no se les olvida convidarnos a salir en la foto.

 

La sociedad civil tiene, en este momento, la gran oportunidad de salir a la palestra y mostrar que los mejores cuadros y las mejores propuestas políticas ya no están en los partidos políticos. Rebasados por la realidad que sin misericordia alguna cambia, crece y se renueva permanentemente, los partidos políticos no tienen oferta para esta sociedad emergente. Antes, hace apenas seis años,  bastaba pensar que el PRI perdería alguna elección como para tacharnos de locos, ilusos, soñadores, hoy la realidad es otra, se vale soñar en la alternancia, se vale pensar en candidatos ciudadanos, en el fin del tráfico de influencias y de la imposición de los audaces, para dar paso no a los tecnócratas o a la nueva aristocracia postmoderna, no a la izquierda ilustrada que nunca dejó las aulas o la “dignidad rebelde” que proclama la justicia defendiendo la desigualdad del costumbrismo y su intolerancia, sino al ciudadano comprometido con la actualidad de su entorno inmediato.

 

Cholula, no se circunscribe al conglomerado de “los de siempre”, tampoco a la multitud de los “que ya estaban desde antes”, sino que es la suma de las voluntades que pueden hacer de Cholula el territorio de esperanza, dónde trabajamos juntos para hacer el futuro hoy.

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